Burgos (EFE).- La inteligencia artificial (IA) revolucionará la lucha contra la deterioro cognitivo derivado del envejecimiento o de los efectos de enfermedades neurodegenerativas, cuyo estudio supone una oportunidad en investigación y tecnología, en busca de dispositivos que mejoren la calidad de vida de los pacientes y garanticen su autonomía e independencia durante más tiempo.
“La tecnología también es investigación, aunque no biológica”, ha explicado a EFE Jose María Trejo, jefe de Servicio de Neurología del Hospital Universitario de Burgos (HUBU), quien ha recordado que ayuda a suplir necesidades que no cubre la medicina en materia de movilidad, comunicación o pérdida de capacidades cognitivas.
Ayuda e investigación
Trejo participará el próximo 21 de septiembre en el Foro Nacional ‘Enfermedades Neurodegenerativas ¿Cómo nos puede ayudar la tecnología’, que tendrá lugar en Valladolid y abordará, de la mano de expertos nacionales e internacionales, cómo los tecnólogos pueden ayudar a los enfermos en su día a día.
“Los médicos ven las necesidades de los enfermos, los tecnólogos ofrecen una solución y los enfermos confirman si esa solución les es útil o en realidad no les sirve para nada”, ha indicado el jefe de Neurología, quien ha admitido que hay aspectos más avanzados que otros.
En cuestiones de comunicación o movilidad se dispone de recursos y dispositivos que mejoran la calidad de vida de las personas con enfermedades neurodegenerativas, pero en cuanto a las funciones cognitivas, y la memoria, “está menos avanzada” la tecnología.
José María Trejo ha afirmado que, cuando llegue, “será una revolución” y “la inteligencia artificial va a tener un papel muy importante para suplir la inteligencia biológica que se va deteriorando”, sea por una enfermedad neurodegenerativa, sea por efecto de la edad.
Cada vez más frecuentes
“Estas enfermedades van a ser cada vez más frecuentes en la sociedad”, ha apuntado, a lo que hay que sumar una población envejecida, que vive más años, y las necesidades de los mayores no son tan diferentes, así que las tecnologías que se desarrollen para atender a las personas con enfermedades neurodegenerativas serán aplicables a los mayores, “estén o no sanos”.
El objetivo, ha recordado el jefe de Neurología del HUBU, es que las personas puedan ser válidas durante el mayor tiempo posible, “por el bien de ellas mismas y de la propia sociedad, y para eso se necesita la tecnología”.
De este modo, las enfermedades neurodegenerativas se convierten en una “oportunidad”, pues la investigación en materia tecnológica tiene una amplia aplicación, no solo a pacientes específicos, y el desarrollo de dispositivos promueve también un crecimiento económico.
Grandes avances en comunicación y movimiento
El doctor José María Trejo ha explicado que, en el foro nacional organizado por el Instituto de Competitividad Empresarial de la Junta de Castilla y León- en colaboración con Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITCL) y el Cluster SIVI-, se darán a conocer algunos avances en neurotecnología.
En comunicación y movilidad ya se han desarrollado dispositivos que permiten al usuario, mediante un piercing en la lengua y una tableta en el paladar, moverse con una silla de ruedas, llamar por teléfono o enviar un correo electrónico.
Luego están los exoesqueletos, las grandes prótesis que permiten caminar a una persona que no tiene movimiento en sus músculos; o las prótesis robóticas, para los pacientes con un miembro amputado; y los programas que permiten comunicarse a través de un ordenador con lenguaje predictivo.
Paso a paso
José María Trejo ha asegurado que “el camino es mejorar poco a poco, ir dando pequeños pasitos y, de esa manera, se llega bastante lejos”, pues no se puede pretender abarcar todas las necesidades a la vez ni dar solución a todas las carencias.
De ahí que el jefe de Neurología del Hospital Universitario de Burgos considere que si bien todo el desarrollo de la neurotecnología requiere de recursos económicos, no son “tantísimos” como se podría suponer, y los beneficios llegarán a muchos colectivos distintos.
De hecho, pacientes con enfermedades neurodegenerativas se prestan sin dudar a colaborar en los estudios de investigación, como uno recientemente realizado con enfermos de párkinson, que han estado utilizando un guante que disminuía el temblor y que, completado el estudio, han seguido con él porque ha mejorado su día a día.
“En general están muy dispuestos a participar, aunque también es verdad que son intervenciones muy poco invasivas”, ha afirmado José María Trejo, y que les ayudan a ser más independientes, autónomos y disfrutar de mayor calidad de vida. EFE