Por: Gustavo Guzmán
La historia nos dice que los muros son opresores, sobre todo cuando estos buscan dividir las clases sociales, siendo lo más peligroso el hecho de que la justicia social no sea más que una quimera inventada desde un populismo aberrante de un Gobierno que desea cambiarlo todo en favor de unos pocos y le vende a la ciudadanía que le importa lo que le sucede, que le quiere hacer crecer en lo económico, social, educación, seguridad ciudadana para que al final sea un sueño alejado de la realidad.
En el momento actual existe una inflación que está por encima de lo que los dominicanos pueden soportar, por lo tanto, la confianza del consumidor es mínima. Esta situación raya en lo insoportable para quienes dependen de un sueldo que no aumenta, sino que disminuye por las alzas continuas de los precios. Está gestión del Estado no lleva indicadores que puedan prever hacia dónde va la economía y así brindar respuestas que permitan limitar lo que vaya a ocurrir de cara al futuro, esto lo digo tomando en cuenta que a julio de 2023 la economía no creció dos dígitos.
Haciendo un paralelismo, los indicadores económicos adelantados tratan de orientar a los marinos para que puedan llegar a buen puerto, según explica Thor Vega, gestor de renta fija de la firma A&G. La mitigación de los efectos de la inflación no son la punta de lanza de este Gobierno, aunque subieron la tasa de referencia la gente no lo siente ya que no hay una combinación, para la inversión en lo agropecuario para bajar los costos de la canasta familiar. Le falta planificación y eso lo podemos observar cuando a más de tres año del problema de los agricultores y la producción de los alimentos necesarios para la nación, ahora es que el Gobierno crea fondos para subsidiar pero todo se queda en anuncios y más nada a unos poco.
Las pymes no están siendo incluidas, a pesar de que producen el 30% de alimentos agrícolas; sus políticas van hacia la destrucción de las pequeñas empresas, lo que considero es un grave error, porque gran parte de la industria del país tiene su soporte en la mediana y pequeña empresa.
En la actualidad, las personas sienten que no pueden tener confianza en el Gobierno, ya que los ingresos económicos que ganan son muy limitados para poder subsistir.
Lo que observamos es que la crisis que tenemos en este año 2023 será más terrible en 2024, si no se toman los controles para una buena gobernanza, que escuche los consejos de los diversos colectivos de la sociedad.