Por: Esther Rodríguez
La vida es como una copa, hay que llenarla, – dice un pensador-… ¿Pero de qué la llenamos?
Pienso que debemos llenarla de…
Más amor, y menos egoísmo,
Más empatía y solidaridad, y menos individualismo,
Más humildad y sencillez, y menos hedonismo y egolatría,
Más sinceridad, y menos máscaras,
Más deseo de crecer interiormente, y menos envidia, ser mejores seres humanos, y menos seres engreídos,
Ser auténticos y francos con nosotros mismos,
Valorar el Ser y menos el tener,
Más agradecidos y conformes, y menos ambiciosos y quejones,
Que la Fe, la esperanza y una sonrisa, sean la Marca Personal por la que nos reconozcan y distingan,
Que nuestra gentileza sea conocida por todos,
Que hagamos el bien, sin mirar a quien ni esperar recompensa…
Que disfrutemos y encontremos sentido al servir,
Que apreciemos madurar y crecer interiormente, porque es de sabios, y porque como decía mi padre Andrés Rodríguez :
«Vivir la vida se debe de tal suerte, que la vida nos quede después de la muerte».