Por: Esther Rodriguez
Los hijos deben aprender y comprender la importancia de las relaciones familiares.
Todos los aspectos de la vida son conocidos o se relacionan con alguien, o con una imagen. Por ejemplo: Medioambiente =naturaleza, Universo=espacio infinito, Música=instrumentos, Ciencia=educación, Bethoven=La quinta sinfonía, La Monalisa=Leonardo Da Vinci, Thomas Alva Edison=la luz, cada caso o creación revela su creador o inventor. Lo mismo pasa con La Familia, su creador y diseñador es Dios, y tuvo su propósito para con ella, desde su creación.
Los dos primeros capítulos del Génesis nos permiten ver al artista en acción. Pero su obra maestra que revela más acerca de Dios, sobre cualquier otra cosa, aparece cuando Dios hizo algo llamado “familia” (Génesis 1:27-28) «Y Dios creó al ser humano a su imagen, lo creó a imagen de Dios;
hombre y mujer los creó. Y Dios los bendijo con estas palabras: «¡Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los animales que se arrastran por el suelo!».
El propósito de la familia, tiene dos elementos esenciales el matrimonio y la paternidad, que revelan el carácter de Dios como ninguna otra cosa en la Creación. El amor entre un esposo y su esposa deja entrever la apasionada devoción de Cristo por los que le han aceptado como su salvador, – su novia-. Del mismo modo, los altibajos de la paternidad ofrecen una imagen convincente de la ternura y la paciencia de Dios hacia los que le han recibido, como Sus hijos.
La familia hace algo más que reflejar el carácter de Dios. Proporciona un lugar seguro donde los niños pueden experimentar el amor de Dios (a través de sus padres) y aprender a amar a los demás. Nuestros hijos necesitan saber que Dios tiene un propósito especial al colocarlos dentro de una familia, porque:
• La familia es una obra maestra de la Creación de Dios.
• El matrimonio y la paternidad revelan el carácter de Dios.
• Dios pone a los niños en familias para que puedan experimentar Su amor y aprender a amar a los demás.
Proverbios 1:8 “Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre”, y ha provisto a los hijos una promesa de que les irá bien, Efesios 6:2-4 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos; sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6:1–4).
En estos tiempos tan difíciles en que la familia es amenazada,
Abracen sus hijos cuando busquen su comprensión ante la angustia, la ansiedad,
Cuando alguien ha herido su corazón,
Cuando lo aborden con algún problema,
Ore con ellos y presentelos cada día a Dios en oración.