Por: Esther Rodriguez
Vengo de una hermosa y bendecida familia donde dios me dio el privilegio de colocarme y a través de la cual aprendí a valorar la familia, y amar aún más la que dios me regaló.
Fui ejecutiva por más de 40 años, pero me preparé para ser mamá, desde antes de tener mis hijos, así que ser ejecutiva no mermó ni impidió desarrollar un rol tan digno, desafiante pero con resultados gratamente insospechados, cuando asumimos dicho con alegría, amor y entrega total, y entendiendo que al recibirlo como un don y regalo del cielo, el compromiso aún es mayor, quien nos capacita para poder desempeñar nuestro rol honrando a dios con nuestro mejor desempeño. doy gracias a dios que él vienen nuestras fuerzas y voluntad, para hacer la tarea muchas veces agotada, pero satisfecha, cuando aprendemos sobre todo que somos capaces de poder hacerlo todo, dentro del orden,
La mesura, el equilibrio y la pasión de saber que lo realmente verdadero y nuestro es el dulce hogar que construimos alrededor nuestro. Hoy como abuela, amo ser mamá a la distancia y respetando los espacios de mis hijos, porque no se es ex madre, ni ex hij@.
Para concluir, deseo compartir sobre todo a ti mamá que me lees, un poema que conocí por primera vez, a través del libro cómo desarrollar el temperamento de su hijo, del Dr. James Dobson, y me ayudó a afirmar mi anhelo, devoción y convicción de ser madre, convirtiéndose en un compromiso claro de gratitud a Dios…
«Los hijos no esperan» por hellen m. young — mon gómez
Porque los hijos no esperan..
Hay un tiempo para anticipar la llegada del bebé, un tiempo para consultar al médico.