Por: Asiaraf Serulle Joa
Este escrito, surge ante la interrogante que presenta un buen amigo, en el compartir de
cigarros y temas de interés, “ya que te veo muy activo en la política, ¿por qué te
involucras en la política, cuando los hombres y mujeres de trabajo prefieren no
relacionarse o involucrarse en ese mundo?”
Su pregunta, me dejó pensativo, no es el único que despierta tal curiosidad, a sabiendas,
que la política es rechazada por muchos de los hombres y mujeres de principios y
valores, no les gusta estar directamente relacionados a dicho accionar, por el mal
manejo o práctica que varios de nuestros actores realizan. De ahí viene la mala visión
que tiene del político.
No es posible generalizar en los diferentes tópicos de la vida. Por esa razón, me permito
señalar, a mi querido amigo y aquellos que nos siguen. Estoy en política, porque me gusta servir, me gusta trabajar por un fin positivo en
beneficio de la humanidad.
La política es una ciencia, que nos lleva a estudiarla y aprender cada día, nos enseña a
valorar de forma positiva a cada ser, en pos de compartir con los demás. Y progresar
mancomunadamente, no individualmente. Cuando creces y te vas fortaleciendo mental,
emocional, profesional y económicamente, los beneficios serán mayores, cuando el
crecimiento es colectivo. Es decir, que los resultados son positivos y factibles, cuando
contigo crecen aquellos que te rodean y aportan para el renacer dentro de tu área social,
profesional y económica.
Cuando hablamos de crecimiento colectivo, no es regalar, ni dar por dar a los demás, es
compartir con tu comunidad, las enseñanzas que te hacen crecer y llegar al lugar
deseado. Aquí resplandece el accionar político que debemos implementar en nuestro
entorno y en nuestra nación.
Puede sonar que soy un soñador, es decir, un ser iluso, no es de negar que todos
entramos a la política con ese objetivo, luego cambiamos de rumbo, actuando de
manera totalmente diferente a cuanto nos motivó iniciar en esa actividad. O que quiero
entrar para mejorar mi vida económica. Puedo ser un soñador, creer que todos
pensamos por igual. Yo, ingreso a la política con el interés de cambiar mi país. Pero
soñar no cuesta nada, lo que cuesta es hacer realidad tus sueños.
Pero si no inicias el trabajo de convertir los sueños en realidad, con la conformación de
un equipo de hombres y mujeres que les duela la patria, nunca lograrás que los cambios
y mejoría de tu país lleguen a ser reales.
La política, es el medio por el cual podremos conformar equipos de trabajo, donde
compartiremos nuestras ideas, valores y principios, para lograr los cambios que
necesitamos, siempre pensando en lo general no en lo individual.
¿Por qué hacerlo en equipo?, pues, cuando te rodeas de aquellos que sus ideales y
accionar son similares a los tuyos, el trabajo se facilita y los resultados son mayores y
rápidos dentro de la comunidad que te rodea.
Ser político no es ser malo, corrupto, mentiroso, etc. Ser político es, luchar con ideales
claros, principios y valores que son inculcados por tus ancestros o por los estudios
realizados, y tener la capacidad de entregarte a tu pueblo. Sobre todo, con el interés de
ayudar a esos que no se les da la oportunidad de crecer y, de lograr hacer realidad sus
sueños.
Mientras más hombres y mujeres nos motivamos a luchar por cambiar nuestro país, sin
importar género, edad, clase social, color de piel, religión, más fuerte seremos y los
resultados que buscamos serán positivos. Sólo así se inicia el cambio de imagen que se
tiene de los políticos.
Siempre tendremos seres que entrarán a la política con una visión diferente, pero si los
buenos nos unimos y logramos demostrar lo que deseamos hacer por todos, esta clase
política con visión diferente logrará su cometido. Si los que queremos realizar un
cambio nos sentamos, damos la oportunidad y cedemos el espacio a otros el interés al
general pasa a predominar.
“Los pueblos dignos, como los hombres con estatura moral, buscan dar, no recibir;
buscan ayudar, no pedir ayuda” Juan Bosch.