Por: Juan López
En virtud de que las elecciones presidenciales de Venezuela se efectuarán el próximo domingo 28, nos preguntamos: ¿Estas elecciones serán democráticas, libres, equitativas y transparentes?
Exigiendo respuesta a esa interrogante, se han estado manifestando una amplia franja social del pueblo venezolano, importantes sectores de la comunidad internacional y nosotros también, mediante la reflexión titulada “Venezuela-Maduro: ¿Réplica de Nicaragua-Ortega” que publicamos en este medio de comunicación, el pasado 31 de marzo.
Insistiendo en la necesidad de obtener respuesta adecuada a dicha pregunta para que los más de 21 millones de venezolanos, en calidad de votar, puedan acudir, pacíficamente, a cumplir con ese importante deber cívico y ejercer sus derechos en forma democrática, equitativa y con resultados transparentes; consideramos oportuno y pertinente reproducir algunos de los párrafos de dicho artículo, que a continuación citamos:
“Varios gobiernos de los países de América del Sur (Costa Rica, Argentina, Ecuador, Guatemala, Paraguay, Perú, Uruguay, Brasil), la OEA, ONU, Unión Europea (UE) y varios organismos internacionales se están expresando en contra de las acciones excluyentes y represivas que están implementando el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el gobierno del PSUV-Maduro contra los partidos de la oposición.
“Mientras el Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV) y aliados inscribieron, sin ningún inconveniente, al presidente Nicolás Maduro para su tercera reelección consecutiva (tiene más de 12 años en el poder, por herencia del presidente Hugo Chávez); a los candidatos presidenciales que han presentado los principales partidos de la oposición a través de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) les habían colocado todas las trabas habidas y por haber para que no inscribieran sus candidatos.
“Aun cuando se habla de la participación de 10 candidatos presidenciales por 37 diferentes partidos, resulta y viene a ser que la mayoría de esos candidatos son puros testaferros y bufones políticos para tratar de legalizar el matadero electoral que están montando el CNE y el gobierno del PSUV-Maduro, para el próximo 28 de julio.
“Desde hace años, durante el régimen del PSUV-Maduro, en su fanfarronería de socialismo de siglo XXI, la otrora próspera y democrática Venezuela se encuentra sumergida en una complicada crisis económica, social y política: a) Histórica híper-inflación y carestía de importantes productos de la canasta familiar, b) corruptela e impunidad en gran escala, c) abrupta caída del PIB y deterioro creciente de la producción de petróleo, d) represión política, violaciones de los derechos humanos y libertades, y d) una masiva emigración de más de 8 millones de venezolanos que salieron huyendo de esa pesarosa crisis.
“Por tales razones, la comunidad internacional, observando esas arbitrarias acciones, exigía que, luego de la inhabilitación de la candidatura de Marina Corina Machado se permitiera la inscripción de Corina Yoris como sustituta en la boleta de la oposición, representando a la PUD; lo cual, mediante espurios subterfugios, también se impidió.
“Fue a última hora y superando múltiples quisquillas y manipulaciones, que el CNE y el gobierno del PSUV-Maduro se vieron compelidos a inscribir a Eduardo González Urrutia como candidato presidencial de la oposición, en representación de PUD.
“Urge que, ante tantos desaguisados y triquiñuelas politiqueras que está llevando a cabo el oficialismo reeleccionista, la comunidad internacional (en especial ONU, UE, OEA) se mantenga vigilante y firme para impedir que el gobierno del PSUV-Maduro imite el proceso electoral que padeció el pueblo nicaragüense como consecuencia de las fraudulentas y arbitrariedades acciones que, para reelegirse, cometió el gobierno de Nicaragua-Ortega.”
Ahora, como consecuencia del empuje y crecimiento de la candidatura de González Urrutia del PUD y, al fragor de la fase final de la campaña, el presidente reeleccionista Nicolás Maduro, con el objetivo de presionar, intimidad y crear terror psicológico entre los electores, ha lanzado la temeraria consigna de que los que se debate en las elecciones venezolanas es “la guerra o la paz “. Y si él, que se auto-califica como “representante de la paz, perdiera, entonces en Venezuela habrá un baño de sangre”. ¡Zafa!
El noble pueblo venezolano merece y necesita elegir sus autoridades mediante procesos electorales pacíficos, democráticos, libres, equitativos y transparentes. Hay que levantar un fuerte muro de solidaridad internacional con el pueblo venezolano. ¡Hay que impedir que el gobierno de Venezuela-Maduro se convierta en una réplica de Nicaragua-Ortega!