Por: Frank Milton Pérez Trinidad.
Es bueno promover el talento, la imaginación y la sensibilidad social que caracteriza a buena parte de los jóvenes de hoy, para que orienten su capacidad creativa al servicio de nobles causas.
Causas que busquen concienciar a hombres y mujeres del país sobre la necesidad de fortalecer el respeto, la tolerancia, la unidad y el amor que debe reinar en los hogares dominicanos; en especial por el respeto y el derecho a la vida. Cuando hablo del respeto a la vida, me refiero a la vida en su totalidad y distinta manifestación, no a una visión sesgada e interesada de la vida…. Yo me entiendo.
Es que cuando se ponen los conocimientos y las genialidades adquiridas al servicio de las mejores causas, surgen las bellas obras; el alma y el espíritu humano se engrandecen, la sociedad siente que no está sola y la humanidad ratifica su esperanza en un mundo más justo y más humano.
Es por eso, que no es bueno practicar el arte por el arte, ni desperdiciar los talentos que hemos recibidos, sino que debemos comenzar a regar y distribuir cual producto necesario para el sustento de la vida, cual fuerza inspiradora y regalo divino que nos viene de Dios, la naturaleza, Alá, Buda, cualquiera que sea el nombre que le demos a dicha manifestación.
Es necesario procurar que las personas de buena voluntad, las instituciones educativas, sin fines de lucro y los diversos ministerios estatales apoyen, promuevan y cooperen en la difusión del arte y los talentos que surgen en el corazón y las mentes fructífera de la juventud; como forma de que los conocimientos y buenos sentimientos, cual semilla sembrada entre espinas y rocas, no mueran quemada por el Sol , sino que cumplan con la función de dar vida y esperanza a las personas que más lo precisan.
Necesitamos unirnos en una cruzada de promoción y apoyo al arte, no importa del área que sea, para presentarlo al pueblo como un don de la humanidad, como una herramienta que sirve para promover los valores humanos que nos harán un mundo más feliz, libre y justo.
“La diferencia entre la vida y la muerte está en que ponemos nuestro talento y corazón”